¿Acaparadores o rescatistas? La delgada línea entre el trastorno y la acción solidaria en contextos de crisis

En países en crisis como Venezuela, donde el abandono masivo de animales es una problemática diaria, se ha hecho común etiquetar a rescatistas con pocos recursos como "acumuladores" o personas con el llamado Síndrome de Noé. Sin embargo, es fundamental trazar una línea clara entre una patología clínica y una acción solidaria que surge como respuesta a la emergencia. ¿Cuándo se habla realmente de un trastorno mental? ¿Y cuándo de una persona que intenta hacer lo posible ante el abandono y la negligencia social?

Que es el Síndrome de Noe
El "acaparamiento de animales", conocido como Síndrome de Noé, es una condición clínica reconocida por instituciones como el Hoarding of Animals Research Consortium (HARC) y estudiada en el ámbito de la psicología y psiquiatría. 
Se caracteriza por:

1. Tener un número excesivo de animales más allá de la capacidad de cuidado.

2. No proporcionarles atención veterinaria, alimentación adecuada ni condiciones higiénicas.

3. Negar o minimizar activamente las condiciones de deterioro de los animales o del entorno.

4. Mantener la acumulación pese a las consecuencias negativas para los animales, el entorno y el cuidador.

Venezuela: contexto de crisis e informalidad

En Venezuela, las condiciones estructurales marcan una diferencia crucial:

- Abandono diario de camadas en la basura.
- Animales enfermos, mutilados o viejos dejados en la calle.
- Personas que abandonan mascotas por no poder alimentarlas.
- Adopciones con fines de maltrato: animales encadenados, usados como alarmas, sometidos a talleres insalubres.
- Costos veterinarios imposibles para la mayoría

En este contexto, muchos rescatistas asumen una función de emergencia, sin infraestructura ni apoyo institucional, pero con una voluntad genuina de ayudar. A menudo se les acusa de acumular cuando en realidad están haciendo lo que pueden ante una situación de abandono generalizado.

Cuándo se cruza la línea hacia la patología
El problema no es tener muchos animales, sino:
* No reconocer que no se está brindando un cuidado mínimo.
* Negar el sufrimiento de los animales.
* Vivir en un entorno insalubre y no hacer nada por mejorarlo.
* Rechazar ayuda o intervención, incluso cuando hay riesgo para la salud humana y animal.

La diferencia está en la conciencia, la intención y la capacidad de autocorrección. Un rescatista puede estar sobrepasado, pero es consciente, pide ayuda, se adapta. El acaparador niega, minimiza y perpetúa la situación.

No patologizar la solidaridad 
Es peligroso aplicar diagnósticos psiquiátricos sin fundamento clínico. Etiquetar a rescatistas como acumuladores puede desincentivar el trabajo voluntario y desviar la atención del verdadero problema: el abandono, la negligencia institucional y la falta de educación en tenencia responsable.

Conclusión 
El Síndrome de Noé es un trastorno mental serio que requiere atención clínica y multidisciplinaria. Pero no todo aquel que tiene muchos animales está enfermo. En contextos como el venezolano, donde el abandono es parte del paisaje diario, muchos ciudadanos cumplen funciones que deberían estar a cargo del Estado. Entender la diferencia entre patología y acción humanitaria es fundamental para evitar juicios injustos y promover soluciones reales.

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