Cuando el viaje no es solo tuyo: Reflexiones sobre responsabilidad y amor verdadero hacia los animales
Cada cierto tiempo, una imagen se vuelve tristemente familiar en los grupos de protección animal: varios gatos en adopción urgente porque su tutor se va del país “en unos días”.
Las reacciones no tardan en llegar. Por un lado, hay indignación. Por el otro, comprensión.
Algunos preguntan cómo alguien puede irse y dejar atrás a sus animales. Otros responden que no se conocen las circunstancias de esa persona.
Y ambas respuestas, aunque opuestas, parten de una verdad: este es un tema profundamente humano y emocional.
Lo que realmente duele
💔Lo que duele no es solo que alguien tenga que migrar.
💔Lo que duele es que muchas veces lo haga sin haber planificado un destino para quienes han sido parte de su familia durante años.
💔Lo que duele es que, a veces, la decisión de irse viene acompañada de un olvido: el de los seres que no pueden hablar, pero que sienten cada cambio, cada pérdida, cada abandono.
No es fácil migrar. Y mucho menos desde un país en crisis.
Pero hay algo que sí nos iguala a todos: la capacidad de anticipar cuando algo o alguien nos importa de verdad.
¿Y si cambiamos el enfoque?
En lugar de quedarnos solo en el juicio, quizás podríamos preguntarnos:
▪️¿Cómo podemos ayudar a que las personas se preparen mejor para migrar con sus animales?
▪️¿Qué recursos existen —o podríamos crear— para evitar decisiones tomadas a última hora?
▪️¿Cómo demostramos, con ejemplos reales, que migrar con varios gatos sí es posible?
Hay personas que lo han logrado.
Se llevaron cuatro, cinco y hasta ocho gatos a otro país.
Lo hicieron con tiempo, estrategia, trabajo extra y sobre todo, con un profundo compromiso afectivo.
No fue magia, fue planificación.
También hay quienes no pudieron, y eso les rompe el alma.
Y su dolor también merece ser nombrado.
Porque no todo abandono es desamor, pero todo abandono tiene consecuencias.
Los gatos no son objetos
Un gato no es un mueble que se deja, ni un objeto que se dona.
Un gato es un ser emocional. Y aunque cada uno es distinto, muchos se deprimen al perder su hogar y sus humanos.
Algunos incluso mueren por tristeza, aun con buena alimentación y cuidados médicos.
Lo sabemos quienes hemos tenido que sostenerlos, recogerlos, rescatarlos y muchas veces llorarlos.
Quienes trabajamos en protección animal sabemos que no se trata solo de logística. Es también una cuestión de vínculo, de lealtad, de amor del que no se rinde.
Que podemos hacer mejor?
No basta con criticar. Es momento de ofrecer caminos.
Desde la empatía, sí. Pero también desde la claridad.
Por eso, si estás leyendo esto y estás pensando migrar con tus gatos, o conoces a alguien que lo necesita, te invitamos a leer y compartir esta guia.
Incluye un plan financiero paso a paso, estrategias reales de recaudación, opciones logísticas y tips para organizar tus metas mes a mes.
Porque sí se puede.
No será fácil, pero tampoco imposible.
Y cada historia que termina con reencuentro —y no con abandono—, es una historia de amor bien contada.
Para cerrar: no me voy si no se van conmigo
Migrar con animales es una decisión de vida.
Y de alguna forma, también es un acto de resistencia amorosa.
"No me voy si no se van conmigo.
Y si me adelanto, es para prepararlo todo y traerlos.
Porque son parte de mi historia."
Comentarios
Publicar un comentario